El piloto español espera que en Europa cambien las cosas, pero admite que en el GP de Las Américas "se ha juntado todo para tener un fin de semana malo".

Tampoco en Austin han llegado los buenos resultados que tanto ansía Jorge Lorenzo en su segundo año con Ducati. El mallorquín ha terminado 11º en la que considera “una carrera para olvidar. A una vuelta y con los neumáticos blandos éramos bastante explosivos, pero el ritmo de carrera nunca lo tuve y en carrera tampoco ayudó la elección del neumático duro trasero. Tuve malas sensaciones desde el principio. Estoy decepcionado y triste. Hay que olvidar y pensar en el futuro. Con motivación, seguir trabajando y a ver si en Europa mejora la cosa”.
De hecho, Lorenzo afirma que le está costando más adaptarse a la GP18 que el año pasado con la GP17: “La nueva Ducati tiene puntos positivos, pero también negativos. Quizá para dos vueltas, abusando de la electrónica, se puede ir más rápido, pero para ritmo de carrera me está costando más. Es una moto más física y se ha juntado todo este fin de semana para hacer un fin de semana tan malo”.