Vale, de acuerdo, la canciller alemana no es precisamente la mujer más popular y simpática de Europa. Pero estoy dispuesto a darle otra oportunidad si a cambio BMW sigue fabricando motos como la F650 GS. Divertida, ligera, práctica... ¡¡¡estos alemanes lo que inventan!!!

Tampoco vamos a descubrir a estas alturas a la F650. Desde sus primeras versiones ha sido siempre uno de los modelos de más éxito de ventas de la casa bávara. El modelo actual, sin embargo, endureció algo más su aspecto -que no su esencia- aunque sigue siendo la puerta de entrada al mundo GS que propone la marca alemana. Evolucionar un modelo de éxito siempre representa un problema para cualquier marca; se tiene miedo a matar la gallina de los huevos de oro. En esto hay que reconocer que los ingenieros alemanes fueron valientes; la primera decisión que tomaron fue convertir a la 650 monocilíndrica en una 800 bicilíndrica... aunque manteniendo la popular denominación original de “efe seis y medio” para aprovechar el tirón comercial. La segunda fue, pese a este aumento del cubicaje y arquitectura del motor, mantener el carácter amable, fácil y polivalente del modelo. La comentada mayor rudeza del modelo es, repito, más formal que conceptual ya que la versión mira claramente al asfalto. Seguimos hablando de una moto para todos los públicos, ergonómica y prestacionalmente. Confortable y dócil, los 71 CV que declara -una potencia nada despreciable- los entrega de un modo absolutamente dócil, suave y agradable. “Fácil”, “agradable” serán las palabras que, me temo, más repetiré en estas líneas. Porque así ha sido concebida exactamente la F650GS, como una moto en la que todo ha de resultar fácil, suave y sencillo. Que nadie espere carácter agresivo; si mayor virtud es la adaptación. Hay usuarios a quienes la facilidad y la polivalencia les parecen aburridas. A otros, en cambio, les rseultan imprescindibles. Para gustos colores y versiones en la gama BMW.
Accesible a todos

Soy un fan absoluto de las trail. Me encantan su ergonomía, su funcionalidad y el tacto que suelen tener sus motores. Bueno... para ser más sincero debería decir que me encantan las trail... bajitas. Paticorto que es uno. Lo paso mal con las motos tipo Superteneré, GS 1200 o Adventure... de modo que mi fobia a las trail altas me ha impedido disfrutar de maquinas que soy consciente son increíbles pero que te exigen medir 1'90. Por eso mis prejuicios me hacen acercarme, al principio, a las trail con cierta prevención. Hasta que no me subo y veo que llego perfectamente al suelo no me desbloqueo. Y exactamente eso me pasó con nuestra invitada de hoy. Aunque ninguna de las F650 han sido nunca motos altas -excepto la versión Dakar que sí estaba pensada ya en términos más traileros- no había probado aún los modelos de esta nueva etapa así que, de nuevo, me tocó preguntarme antes que nada por si tendría suficiente pierna para conducirla. Es automático... oigo la palabra “trail” y me veo a mi mismo moviendo las patitas en el aire como una versión patética de un bibendum deshinchándose...
¡Falsa alarma!
Pese a las letras GS que la definen como una BMW trail 100% -GeländeSport: todo terreno deportiva. No confundir con G/S. Gelände/Straße: todo terreno/carretera. Cosas de terminología “Made in Deutchsland”- estamos ante una moto que acepta perfectamente a conductores de estatura media. Así que primera buena impresión de la coquetona alemana; pese a su origen teutón es amable con los estándares mediterráneos y el asiento se coloca en unos más que cómodos 790 mm. Sabiendo eso, ya seremos más amigos.
Concepto: ligereza

Cuestiones de talla al margen, la moto es una delicia de ligereza. A los poco metros ya la sientes como si la hubieras conducido toda la vida. Ni enlazar virajes ni levantarla a la salida de éstos requiere el menor esfuerzo. La moto, en términos de agilidad, parece una 250 y transmite una confianza inmediata. Acepta cualquier cambio de dirección sin problemas, tiene un excelente radio de giro en parado y permite incluso un cierto ratonéo urbano. Paradójicamente, estoy seguro de ello, habrá quien vea en esto más un defecto que una virtud ya que aunque la moto va sobre raíles lo hace sin transmitir sensación de aplomo. Uno espera de una trail alemana de 800 cc y 199 kilos que se haga notar de delante como una camarera de la Feria de la Cerveza de Munich y en cambio se encuentra a Heidi Klum vestida de exploradora.
Existe, ya lo he dicho, el riesgo de confundir suavidad y polivalencia con aburrimiento. A la BMW le falta un poquito de “picante” y, quizás, de carácter arriba. Está tan preocupada por hacerlo todo progresivo y rendir impecablemente en bajos y medios que se olvida que tiene 70 CV y habrá quien los busque. Repito; eso no es un defecto en sí mismo pero quien se acerque a esta versión buscando carácter... debe mirar otras versiones dentro del catálogo de la marca.
Curiosamente el motor me gustó más en medios que en bajos. No estoy diciendo que no sea bueno en bajos, que lo es, lo que digo es que me gustaron más sus recuperaciones en medios. Se mostraba más alegre mientras que a bajo régimen era algo perezoso si no recibía apoyo desde el pedal del cambio. Eso se debe a que sus desarrollos son muy largos y a partir de cuarta apenas hay escalonamiento entre marchas. La moto te pide todo el rato estar jugando con la tercera y la cuarta. En cualquier caso la velocidad final es más que suficiente para ser retratado varias veces a cargo del Estado aunque a partir de 140 km/h la protección de la escasa pantalla pasa factura.
Y llegamos al capítulo de "peguillas"; la primera -que tampoco ha de serlo necesariamente- es que me parece una moto demasiado espartana. BMW ha querido primar la imagen más “de batalla” y lo ha hecho a costa de reducir a la mínima expresión posible toda la instrumentación. Que quede claro; en la F650GS está disponible toda la información... pero reducida en muchos casos a un simple testigo luminoso o un minúsculo indicador. Tiene incluso toma de corriente imagino que para alimentar eventuales GPS... pero ahí en medio del depósito, como en plan chapucilla...
Los intermitentes son la mínima expresión, los retrovisores la mínima expresión, los anclajes de las fibras... la mínima expresión.
Repito que habrá muchos usuarios que consideren esto más una ventaja que un inconveniente. A mi me gustan los cuadros de instrumentos con más botoncitos, indicadores y colores que el puente de mando del Enterprise. Sobre todo cuando esa ha sido siempre la especialidad de BMW... aunque imagino que la contención de costes también achucha lo suyo. La posición del escape tampoco me gustó. El eventual pasajero debe estar pendiente todo el rato de no achicharrarse la pantorrilla. Seguramente la parte peor resuelta del conjunto...
¡Estos malditos alemanes son buenos, muy buenos!

Siempre pienso que soy injusto cuando le saco defectos a máquinas tan eficaces y redondas como esta BMW. Si los ingenieros hubieran hecho una moto exigente hubiera dicho que no es para todos los públicos. Y si hacen una moto para todos, entonces le pongo como defecto que es aburrida. No, realmente no es justo... cuando cada vez más se valora la polivalencia y ya existen otras opciones más radicales. Para acertar basta con tener claro qué se busca. Si se busca una trail que se comporte como una trail, esta versión no es la adecuada. Técnicamente es una todoterreno -en la web de BMW es presentada como “Enduro”. Tampoco hay que pasarse...- pero yo la veo más como un SUV de dos ruedas. Pero si lo que se quiere es una trail asfáltica que sirva absolutamente para todo, adecuada incluso como primera gran moto, cómoda y que todo lo haga fácil y agradable... sin duda es mejor elección. Decir de una moto tan eficaz que los acabados me parecen espartanos o que el tubo de escape es feo indica claramente que pocos defectos graves se le pueden reprochar. Ni siquiera el precio, 7.950 euros, que está muy por debajo del de algunos maxiscooter y en comparación la F650GS juega en otra liga.
Buena, bonita, barata y BMW.
Las cuatro B.
Griten conmigo: ¡¡¡Viva la Merkel!!!